Autoestima

La autoestima es la capacidad que tiene una persona para valorarse, amarse y aceptarse a sí misma.

Y según ese valor, amor y aceptación, tomará unas u otras decisiones, conformando así su realidad mental, emocional y física.

¿Cuál es su origen?

El desarrollo de la autoestima egoica sucede en la infancia intermedia, donde comparamos nuestro «yo real» con un «yo ideal» y con las personas de nuestro alrededor.

Creencias. Aprendizajes. Educación.

Entorno y familia.

Si hablamos en términos emocionales (inconscientes), nuestra autoestima tendrá una relación directa con nuestros progenitores y las emociones que estos sintieron durante nuestra gestación y los primeros años de vida. 

También por como ellos se trataban entre sí, a ellos mismos y al bebé (Herida de amor).

Es decir, según como mamá trataba a papá, como se trataba a ella misma y como nos trataba a nosotros. 

Mantener una buena autoestima permite que seamos más felices y tener más confianza en nosotros mismos. 

Esto permitirá que ayudemos a que nuestro entorno se sienta del mismo modo.

Algunos indicios que denotan falta de autoestima son: 

• falta de seguridad en uno mismo.
• no expresar la opinión por temor a ser rechazado o pensar que las propias opiniones no tienen el mismo valor que las del resto.
• sentir que no somos merecedores de las situaciones positivas.
• falta de esfuerzo al pensar que no se va a poder conseguir lo que uno desea.
• necesitar la aprobación del resto a menudo.
• no sentirse feliz.
• sentirse desmotivado con rapidez.
• sentir nerviosismo durante el día.
• sentirse culpable, poco atractivo o sin iniciativa.